Nanette es un monólogo que seguramente os habréis topado este verano en las novedades de Netflix. En él, la australiana Hannah Gadsby habla de su vida, de su homosexualidad y de cómo los hombres han escrito y contado la Historia a su antojo. Y se ríe de mí. No, a ver, no de mí concretamente, sino de la mayoría de la que formo parte: los hombres heteros blancos. A lo mejor te estás preguntando por qué has abierto ese remanso de paz feminista que es La Matяioska y te has topado con lo mismo que verías si abres Twitter: un tío hetero dando la chapa. Que no cunda el pánico. La próxima entrega de La Matяioska volverá a sus autoras y formato tradicional. Ahora, volvamos a Nanette y a cómo Hannah Gadsby se ríe de mí. Hay un momento, más o menos a la mitad del espectáculo, en el que Gadsby nos da un consejo súper útil a los heteros blancos: Entiendo que es un momento difícil y confuso para vosotros. Todo está cambiando, y lo entiendo. Pero sugiero que aprendáis a superar vuestra actitud defensiva. [...] Tenéis que aprender a dejar espacio a vuestro alrededor, aprender a cultivar el sentido del humor, a relajaros, a aprender a reír. Cuando lo escuché, mi interior tenía que ser parecido a esto: Yo intento ver todo a través de las gafas moradas. Si voy al cine, me pongo las gafas moradas 3D y si me meto al agua, las moradas de bucear. Viendo el monólogo tenía puestas las gafas moradas de ver de lejos (si no, no leo los subtítulos), pero me hubiera hecho falta también un audífono morado para no escuchar a una vocecita decirme: –Oye, que tú sí dejas espacio, que tú sí te sabes reír. QUE NOT ALL MEN. Esa vocecita eran mis privilegios dando la chapa. Pero hablaron poco: en el último tercio de Nanette, hasta mis privilegios estaban avergonzados de mí. Esta misma semana, cuando hablábamos en Verne del debate sobre los chistes de gitanos de Rober Bodegas, contábamos algo que también comenta Gadsby en su monólogo, y es que para que el humor funcione no solo puede haber tensión, sino también alivio. Lo que pasa es que Gadsby deja de introducir alivios al final del show. Sin entrar en spoilers, habla de acoso y de violación. Entrando en spoilers, dice esto (haz clic en la imagen para leerlo): Ahí, mi único alivio era pensar que los hombres que estuvieran viendo el espectáculo en vivo tenían que estar pasándolo peor que yo. A mí me costaba mirar a Gadsby a los ojos hasta a través de la pantalla. Y parece que te está leyendo el pensamiento cuando dice: Esta tensión es toda vuestra, ya no os voy a ayudar. Debéis aprender qué se siente porque esto, esta tensión, es lo que nosotros, los no normales, llevamos a cuestas todo el tiempo. Como ya hemos dicho, en la comedia tiene que haber alivio y tensión, y en el último tercio de Nanette no hay alivio ninguno. Por eso, hay quien se ha planteado si puede considerarse comedia o no. La propia Gadsby daba su opinión en un artículo que escribía para la revista Elle: "No creo que Nanette sea una comedia, lo veo como un mazo". Yo le tengo que dar la razón. No solo porque le haya pegado un mazazo a la vocecita que susurraba que not all men, sino porque los mazos también sirven para reparar cosas. Y todos los hombres heteros blancos tenemos mucho que reparar. ************* Al igual que las muñecas rusas esconden otras muñecas dentro, nuestra newsletter lleva en su interior historias de mujeres reales y diversas, debates, actividades y recomendaciones de lectura. La Matяioska es la newsletter quincenal de Verne en la que compartimos contigo temas sobre feminismo y mujer. Si ya recibes La Carta de Verne, recibirás automáticamente La Matяioska. Si quieres suscribirte, puedes hacerlo a través de este enlace. Y si quieres cambiar tus suscripciones a las newsletters de EL PAÍS, puedes hacerlo desde aquí. |
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